miércoles, 1 de junio de 2016

Vuelta a empezar...

No sé ni cómo empezar esta entrada porque me ha costado mucho decidirme a volver a escribir en este blog.
Como podéis ver, ha pasado más de un año desde mi último post y en todo este tiempo han cambiado mucho las cosas, tanto que hasta la dirección y el nombre del blog es diferente.
Y por qué? Porque antes no me atrevía a "dar la cara", ni siquiera mi nombre auténtico por miedo a lo que pudiera pensar cualquier persona conocida que encontrase mi blog por casualidad.
Y cómo pretendía ayudar a nadie a estar mejor con ellos mismos si yo misma me avergonzaba de mí?
Y ya que me he decidido a dejar de esconderme, también voy a dejar de esconder algunas verdades sobre mi pérdida de peso.
Pero antes, voy a intentar resumir lo que me llevó a dejar de actualizar el blog para que podáis entenderme mejor.
En mi última entrada (10/03/2015) había conseguido llegar a los 61kgs, estaba animada y convencida de que me faltaba poco para alcanzar mi objetivo pero... qué paso?
Pues que cuando haces las cosas "no muy bien", los resultados pueden ser "no muy buenos".
Ir rápido no significa llegar antes, puedes terminar perdiéndote por el camino.
Y eso fue justo lo que pasó.
Revisando las pocas entradas que publiqué en este blog, he visto que no comenté un dato bastante importante para mi pérdida de peso y este dato es que me fui a vivir fuera de España un tiempo, en concreto a Japón. Y por qué fue tan importante? Porque vivir allí hizo que pasase de estar estancada en mi proceso de pérdida de peso, a perder 6kgs en menos de tres meses sin hacer "ningún esfuerzo".
Y digo "ningún esfuerzo" porque a pesar de que no considero que me matase de hambre o me pegase palizas haciendo deporte, perdí peso fácilmente pero sin hacer las cosas como debería.

Cuando te vas a vivir por tu cuenta teniendo problemas de peso, pueden pasar dos cosas:
- Que el descontrol sea máximo por vivir fuera de casa y engordes mucho porque comes y haces lo que te da la gana.
- Que comas menos de lo que deberías (ya sea porque te controles demasiado las calorías, porque te da pereza cocinar, porque al vivir solo tienes menos tiempo para hacer la compra y la comida, etc.) y pierdas mucho de golpe.

En cuanto a lo de controlar las comidas, no es que sea malo, es que si no lo haces de forma saludable, además de que perjudica tu salud, en cuanto comas "normal", recuperas todo el peso perdido rápidamente.
Estando en Japón y compartiendo piso, mi estilo de vida cambió radicalmente.
No podía hacer ejercicio como en España porque no había mucho espacio en mi piso y, para que mentir, me daba vergüenza ponerme a hacer aerobic o el tipo de ejercicio que solía hacer en mi casa, pero había una ventaja muy grande: para ir a cualquier sitio tenía que andar y mucho, por lo que salir de casa suponía andar durante horas y hacía "ejercicio" casi sin darme cuenta.
Otra de las cosas que cambio fue mi alimentación: primero porque es de sobra conocido que la comida japonesa es bastante diferente a la española y segundo porque como no sabía cuando podría volver y cuando volvería a tener la oportunidad de comer algunas cosas, me decidí a probar todo lo que me apeteciese comer (siempre que entrase en mi presupuesto, claro).
Y si comía lo que me apetecía, cómo es posible que adelgazase tanto? Pues porque solo hacía una comida principal al día. Tomaba cualquier cosa para desayunar (la mayoría de veces un vasito de té con leche sin azúcar) y luego comía tarde y no cenaba, hacía una especie de "comida-cena".
Y si al menos hubiese sido comida sana... pero no. Solía comer platos pre-cocinados, comida instantánea, fritos, dulces, etc. Casi nada de fruta ni verdura. Y por más que sea comida que engorda, si en total tomas menos de 600 kcal al día, adelgazas a la fuerza sí o sí.
Y ni siquiera me quedaba con hambre, es más, comía así porque realmente no tenía hambre y me limitaba a comer cuando sí tenía.
En esos momentos no era realmente consciente de que me podía perjudicar comer así pero (sin tener en cuenta los problemas de estómago que tenía) a los dos meses ya no me encontraba muy bien, me sentía más débil y sabía que si me hacían análisis de sangre al volver a Valencia, los resultados no serían muy buenos.

La segunda parte de la historia viene cuando volví a España. Después de las primeras semanas en las que tienes comidas familiares y cenas con amigos para celebrar el regreso a casa, decidí ponerme de nuevo en serio con la pérdida de peso pero esta vez, aprovechando que estaba en casa, lo iba a hacer bien: comiendo sano y haciendo deporte.
Entonces, cuál fue el problema?
Que aunque comiera de forma sana, hacía más comidas al día y por más deporte que hiciese, no conseguía perder tan rápido como en Japón, es más, había días en los que pesaba más. Y si te esfuerzas mucho y no solo no ves resultados sino que en lugar de perder, pesas más... pues desanima y mucho, especialmente si has pasado de perder peso rápidamente y sin esfuerzo, comiendo lo que quieres a dejarte la piel haciendo ejercicio y morirte del asco con la dieta.
Recuerdo que hubo algún día en el que ni siquiera comí porque los días anteriores no había perdido nada y quería comprobar si dejando de comer un día, sí perdía. Y tachánnnn, tampoco perdí.
Un día entero sin comer y haciendo deporte y al día siguiente pesaba lo mismo! Cómo era posible? Pues realmente no lo sé, supongo que algunos días retenemos más líquidos que otros y por eso pesaba más. La cuestión es que me di cuenta de que no podía seguir así, no podía dejar de comer y más cuando no daba resultado.
Y entonces entré en una especie de bucle infinito en el que empezaba las semanas haciendo dieta estricta y deporte fuerte y conforme se iba acercando el fin de semana perdía las fuerzas, me saltaba la dieta (no exageradamente) y no hacía ejercicio por lo que al pesarme, no perdía y ganaba un poquito más cada semana.
Resultado? En casi 1 año, aún intentando cuidarme y hacer ejercicio, recuperé lo que había perdido en Japón más unos kgs de regalo, pasé de 61kgs a casi 72kgs... menos de 1 kg más al mes pero juntos de golpe son más de 10kgs...
Y no solo me sentía mal por estar más gorda que antes sino que me sentía una fracasada, me había decepcionado a mí misma después de jurarme mil veces que no dejaría que esto volviera a pasar.

La tercera parte de la historia es cuando volví a Japón por segunda vez. Tenía muchas esperanzas puestas en mi vuelta porque como la vez anterior había perdido tanto de golpe sin esfuerzo, pensaba que esta vez sería igual o que incluso podía perder más. Quizá por eso me descontrolé más mis últimas semanas en España, porque a parte de que tenía comidas, cenas y demás compromisos de despedida, pensaba "ya lo perderé en Japón, que allí seguro que adelgazo enseguida".
Y sí, esta vez perdí 5kgs y comiendo de todo (comida casera: mucha fruta, verdura, pescado, sopa, té, etc.) y mínimo 3-4 comidas al día. El único deporte que hacía era andar mínimo 1 hora al día (los fines de semana las tres horas andando diarias no me las quitaba nadie) y subir y bajar escaleras porque allí estoy en una casa de dos plantas y mi habitación está en la parte de arriba.
Y diréis, pues 5kgs en menos de tres meses y comiendo de todo está muy bien, no?
Sí, está muy bien pero esta vez había más kilos que perder que la vez anterior por lo que al volver de nuevo a España pesaba más que antes de ir a Japón por primera vez.
Ha sido como volver a empezar como lo dejé hace año y medio, como si lo de verme más delgada y rozando el 5 de los 59kgs hubiera sido un espejismo...
Y aquí estoy ahora, luchando de nuevo contrarreloj para intentar perder algo antes de volver a irme a Japón y que no me pase lo mismo que la vez anterior...

No hay comentarios:

Publicar un comentario